¿Qué es el apoyo a la maternidad-paternidad?
Desde nuestro centro queremos dar apoyo emocional en todo el proceso de embarazo, parto y crianza.
La maternidad y la paternidad es uno de los momentos más importantes en la vida de una persona. Y es un evento que moviliza cambios en cada uno de los miembros de la familia. Incluso desde antes del embarazo, cuando realizas la planificación familiar surgen incógnitas e inseguridades relacionadas con la capacidad que tendrás para cuidar a ese bebé, el cambio vital que supondrá, las consecuencias que implicará en tus relaciones y el impacto sobre uno mismo.
- El imaginario de lo que es la maternidad-paternidad: Desde que te enteras de que estás embarazada se abren dimensiones hasta ahora desconocidas. Te suceden cosas, sensaciones, que nunca antes te habían sucedido. Hay cambios físicos, psicológicos, comportamentales, sociales, revivencias…. Te visualizas como madre/padre y comienzas a desarrollar expectativas sobre cómo serás como madre/padre, como familia y sobre cómo será tu hijo/a.
El parto es una experiencia personal insólita. La lactancia, la crianza, cada momento te lleva al pasado (tu propia historia como hijo/a), al presente (tu tiempo libre, tu ritmo de vida, tus ocupaciones) y al futuro (te proyectas en el tiempo de manera distinta). Experimentas sensaciones contradictorias, emociones, experiencias donde es fácil perderse y donde, con el acompañamiento de una profesional, puede ser más satisfactorio su recorrido.
- La sociedad y el entorno: Nuestra sociedad maneja unos ritmos diferentes a los que demanda la maternidad. Con frecuencia se produce una disonancia entre “lo externo” (trabajo, familia extensa) y “lo interno” (las sensaciones y emociones propias del embarazo) que puede dificultar el conectar con tu vivencia interior e impedirte aprovechar este momento tan especial de tu vida. Te acompañamos, te damos una perspectiva distinta, te ayudamos a encontrar tu propio camino, a permitirte vivir este momento desde tu feminidad.
- El vínculo con el bebé: los primeros años de la vida de un bebé son los más importantes. En esos aproximadamente 3/4 años, se crean las bases para el desarrollo emocional-afectivo posterior. El vínculo con la madre, o con la persona que ejerza la función materna, es fundamental para establecer ese apego seguro que le facilitará desarrollar una vida plena. Sin embargo, como en cada etapa, puede haber, y es normal, sentimientos ambivalentes. Te ayudamos a crear las condiciones más óptimas para que se establezca adecuadamente.
- Vuestra relación de pareja: la llegada de un hijo hace que la pareja se desestabilice. Supone un desafío en la historia de la familia. Implica asumir cambios para adaptarse a la nueva situación. La pareja, como tal, se tiene que reestructurar. Ahora la madre se vuelca en el bebé, y el padre sostiene al bebé apoyando a la madre. Posteriormente este equilibrio inicial tendrá que ir buscando otro diferente. A la vez que el bebé va creciendo todo se tiene que ir reajustando. La constitución de la familia cambia.
- La familia en sentido global (los otros hijos): esta nueva estructura familiar también afecta al resto de los hijos, los otros hermanos cambian de posición. Y aparecen situaciones nuevas, lazos diferentes, celos, etc. Podemos ayudarte en todo este proceso, a identificarlo, a comprenderlo y avanzar. A la vez que el proceso familiar transcurre, sigue ocurriendo el individual. Cada miembro de este sistema familiar tiene su propia historia personal que influirá y conformará la estructura global.
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